Autora: Deborah Harkness
Saga: All souls trilogy
Género: Romántica
histórica
Isbn: 978-84-8365-759-1
Editorial: Suma
de letras
Sinopsis:
<<Tras viajar en el tiempo con La sombra de la noche,
la historiadora y bruja Diana Bishop y el genetista Matthew Clairmont vuelven
al presente para hacer frente a nuevos problemas y a viejos enemigos.
Pero la amenaza real para su futuro todavía está por llegar y, cuando lo hace,
la búsqueda del Ashmole 782 y sus páginas perdidas cobra aún mayor urgencia. En
casas ancestrales y laboratorios universitarios, haciendo uso de conocimientos
antiguos y de la ciencia moderna, desde las colinas de la campiña francesa
hasta los palacios de Venecia, la pareja al fin revelará lo que las brujas
descubrieron hace siglos.
¿En qué consistía el secreto encerrado en el misterioso Ashmole 782 y después
perseguido incansablemente por daimones, vampiros y brujos? ¿Cómo podrán la bruja
Diana y el vampiro Matthew vivir su amor y cumplir con su misión bajo el peso
de todas las diferencias que los separan?>>
Mi opinión:
Cuando tuve en mi poder este libro grité: por fin!!! Pero al
mismo tiempo no me atrevía a abrirlo, no porque no confiara en su excelentísima
autora, sino porque no quería que terminara. Esta saga me trae muchos recuerdos
(pues encontré su libro casi por casualidad en mi primera visita a la feria del
libro de Madrid) y además es en mi opinión, una obra maestra.
No hace falta que os hable de Diana, ni mucho menos de
Matthew. Pero si cabe señalar que en esta última entrega les vemos madurar y
consolidar (aún más si cabe) su relación. La historia avanza y ellos lo hacen
con ella. Diana cobra más protagonismo, o mejor dicho, cobra todo el
protagonismo que merece, pero no por ello mi querido vampiro se ve relegado. He
de decir que una de las cosas que más me ha gustado de esta entrega es que
Diana se convierte en toda una guerrera, demuestra y afianza que es esa mujer
fuerte, capaz y cabal que todos sospechábamos en el primer libro. Y en cambio
Matthew abandona esa posición retrógrada típica vampira y aprende a confiar en
su mujer. Eso me parece un dato a resaltar porque me recuerda a nuestra
sociedad actual en la que las mujeres seguimos luchando por ocupar el mismo
lugar que los hombres, por pelear junto a ellos codo con codo. Él quiere
protegerla y ella a él, pero eso no les lleva a anularse el uno al otro, hay
que saber diferenciar las cosas.
Este libro es un constante avance. Nuestros protagonistas vuelven al presente y se encuentran con los problemas que por un corto tiempo habían dejado atrás. Las dudas se van
resolviendo con cada página por lo que su ritmo es bastante más rápido de lo
que la autora nos tenía acostumbrados. Y debo aplaudir que no me ha quedado
absolutamente ninguna duda, de hecho, incluso soy capaz de entender por qué la
saga se llama “all souls”. Esto, querido lectores, es saber terminar una
historia. Deborah Harkness ha tardado varios años en desarrollar la saga, pero
tiene un motivo y un resultado evidente. Una vez más, me rindo a sus pies.
He llorado cual niña pequeña, me he mordido las uñas por la
intriga, he sentido pena, alivio, frustración… he experimentado tantas
emociones con su lectura que no soy capaz de nombrarlas todas. Fascinante.
Las historias de brujas con El libro de la vida pasan a otro
nivel. Y es que la magia está colmada de realismo y al juntarlo con la ciencia
presente gracias a la genética, hacen creas que son hechos plenamente
factibles. Pero no por ello deja de haber situaciones espectaculares y giros
inesperados, porque nunca habría sido capaz de vaticinar el poder de todas las
criaturas de este libro y mucho menos el de Diana.
Así pues, lo tenemos todo: realidad, intriga, ritmo fluido,
giros inesperados, argumentos sólidos perfectamente trazados, personajes con
personalidades fuertes e inconfundibles, sorpresas, amor… y un capítulo extra
que hace que sientas que nadie podría haber escrito un final mejor. Para mí, este libro es un Always & Forever en toda regla.