Reseña de “Los días que nos separan” de Laia Soler

Título: Los días que nos separan

Autora: Laia Soler

Editorial: Neo Plataforma Editorial

Género: Juvenil romántica

Isbn: 978-84-15750-23-9

Novela ganadora del Primer Premio Literario la Caixa/Plataforma.

Sinopsis:

<<Abril está obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella… Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor.

Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños.>>

Según mi opinión:

Para no romper la tradición empezaré por la portada, es preciosa y transmite los mismos sentimientos que su contenido. Sencilla y elegante, debo admitir que es uno de esos libros que he leído por su portada (algo que no debe hacerse, lo sé).

La blogosfera está repleta de reseñas repletas de halagos y tal vez por eso esperaba más, aunque tengo que deciros que el libro me ha gustado.

Siguiendo mi línea habitual, os diré ahora cuatro cositas de los personajes.

Marina… me ha irritado durante todo el principio del libro. He planeado cuatrocientas formas distintas de matarla, lo siento. Intuyo, o quiero pensar que era la atracción políticamente incorrecta que sentía, lo que la hacía actuar en ocasiones como una niña pequeña.

Abril… tiene muchas cosas de Marina y existen algunos paralelismos, como que ella también tiene que encargarse de sus hermanos. Sin embargo, son dos personalidades completamente distintas, y aunque en ocasiones también le hubiera dado un buen “librazo”, he comprendido mejor sus temores y he tolerado más su comportamiento.

Víctor… puede parecer un poco bipolar con sus idas y venidas sin explicación, pero a medida que la obra va avanzando todos esos comportamientos extraños quedan bien justificados y le hacen un buen protagonista masculino del que es inevitable enamorarse.

Leo… este es el protagonista en las tinieblas. Leemos sus cartas, intuimos cosas, pero no llegamos a conocerle.

La trama…

En una palabra: lenta. Empieza tan poco a poco que a veces me costaba conectar con la novela, pero hacia la mitad te ves envuelta en sus letras y es que la autora ha conseguido meterte en la historia que ha creado sin que te des cuenta. Esto se debe, quizás, al ritmo lineal y constante que tiene de principio a fin. Para mi gusto demasiado lineal, porque aunque ocurren cosas, apenas las percibes, están enmascaradas.

En esta ocasión todos los peros que pueda encontrar están en la trama. Porque otra de las cosas que me han fallado es que en ocasiones las cosas suceden porque sí, por el mero hecho de que la autora así lo quiere y sin una explicación lógica detrás.

La historia es bastante predecible pero es taaaaan bonita y está tan plagada de sentimientos, que no importa en absoluto.

Supongo que después de leerme echar pestes diréis: ¿en serio te ha gustado? Pues sí. Creo que hay puntos que se podrían mejorar, pero es toda una épica historia de amor y por tanto, cualquier romántico empedernido caerá a sus pies.

Una cosa muy positiva que quiero señalar es que gramaticalmente me ha sorprendido mucho para ser el libro de una autora novel. El vocabulario es bastante bueno para que luego la gente se queje de los libros de juvenil… Y a mi modo de ver está perfectamente ordenado. Esta calidad sí me ha sorprendido y es por eso que pienso que oiremos hablar mucho de esta autora en el futuro. Creo y espero que esté no será su mejor libro.

Así pues, sumando los pros y los contras, le voy a dar 3’5 chocolates, porque en resumen es un libro ameno con el que pasar unas tardes entretenidas y disfrutar de una buena lectura.

¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?

Un besazo.